viernes, 30 de noviembre de 2007


MARCO TEORICO

En sus 4600 millones de años de existencia, el planeta Tierra ha sufrido cambios en su forma y su clima, que han afectado las especies.
Con los cambios de temperatura las plantas y animales sucumben conforme a sus niveles de tolerancia a la lluvia, la luz solar y otros factores que influyen en su sobrevivencia.
La extinción de especies es un proceso natural que ocurre en un período de tiempo suficientemente amplio, que permite la producción de brotes o radiaciones, que aumentan la biodiversidad.
De manera opuesta, los estudios demuestran que por causa de la acción del ser humano desaparecen muchas especies en un corto tiempo de la historia.
Este es un tema de actualidad que las personas analizan desde distintos puntos de vista: hay quienes se preocupan por la pérdida de recursos que generan dinero; otros piensan en la necesidad de buscar nuevos medicamentos y alimentos para abastecer a una población en crecimiento con gran demanda de necesidades. Y hay un sector pequeño que se preocupa por la extinción de las especies que permiten mantener el balance sobre el planeta.
Una especie en peligro de extinción es aquella que cuenta con tan pocos individuos sobrevivientes que podría desaparecer del todo en la mayoría de los lugares que habita. Esto sucede cuando todos sus miembros mueren sin dejar descendientes.
También puede presentarse lo que se conoce como seudoextinción (seudo significa falsa), que ocurre cuando la especie por evolución, da origen a otros linajes genéticamente distintos, más adaptados a nuevas condiciones ambientales.
Por el contrario, una especie amenazada es aquella que aún es abundante en su ambiente natural, pero que si su número disminuye es posible que lleguen a estar en peligro de extinción.

Desde el año 1066, en la elaboración de la Ley de la gente y para la gente, por parte del Duque de Francia, se menciona la vida silvestre como propiedad de todo el pueblo y no de los dueños o propietarios de las tierras.

De manera que cuando se creó la Ley de Conservación de la Vida Silvestre, se declaró a la fauna silvestre de dominio público, formando parte del patrimonio natural del estado y a la flora silvestre, de interés público. Con esto se hace hincapié que la biodiversidad es de todos, por lo que debemos velar por su protección y conservación en forma sostenible para las presentes y futuras generaciones.
La Vida Silvestre de nuestro país pasa por un momento difícil. Se ve afectada y reducida principalmente por un uso inadecuado de los recursos y al tráfico ilegal de especímenes, productos y subproductos. Esto trae como consecuencia la consiguiente pérdida de hábitat, lo que reduce la capacidad de reproducción y de alimentación. Las especies de fauna y flora silvestres fueron en el pasado fuente importante de alimentación, así como su uso en la medicina tradicional. Muchas de ellas hoy sobreviven con poblaciones reducidas o están en peligro de desaparecer.

Desde hace siglos se practica la protección de los animales. Los cotos privados de caza fueron en realidad uno de los métodos primitivos de conservación. Los terratenientes nobles se dedicaron a proteger y alimentar ciertos animales para asegurarse de un buen abastecimiento de éstos con fines deportivos. Varias de estas especies, sobre todo de la familia de los ciervos, deben actualmente su existencia a la protección de los mismos hombres que los cazaban.
A partir del siglo XVII, se dictaron leyes locales para proteger las especies autóctonas que estaban en proceso de desaparecer. Las primeras leyes protectoras en el Nuevo Mundo fueron probablemente las dictadas por el gobierno de Bermudas en 1621 para proteger a un ave llamada "cahow" (Pteradroma cahow). Aparentemente a pesar de esa legislación, el ave se había extinguido. Sin embargo, en 1950 se descubrieron unos pocos especimenes vivos. En 1964 se prohibió en Massachusetts la caza del porque había sido diezmado.
En la actualidad, el Servicio de Supervivencia de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales es la principal agencia que alerta acerca de las especies en peligro. En su cede de Morges, Suiza, recibe informes naturalistas de todo el mundo acerca de la situación de determinados animales.
La UICN y otros organismos, como el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (World Wildlife Fund), tratan de que se estudien las especies en detalle para determinar cuántos animales quedan, cuáles son los principales peligros que amenazan su existencia y qué medidas pueden tomarse para preservarlas.

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